el sistema endocrino en el cuerpo de un individuo. Ambos mensajeros de uso
productos químicos, incluso a bajas concentraciones, actúa a través de receptores específicos capaces
para provocar respuestas de comportamiento y / o fisiológicas (Hubbard y Scott, 2007). la distinción
entre las hormonas y feromonas es que estos últimos son liberados internamente
y ejercen influencia sobre el metabolismo del individuo, mientras que los primeros son
liberados en el medio ambiente y afectan a los individuos de la misma especie.
Las feromonas no asumen la misma importancia para todas las especies. para
insectos, estos mensajeros químicos aparecen como la principal forma de comunicación,
probablemente debido a las restricciones impuestas por su pequeño tamaño y la producción de
la percepción de las señales visuales y acústicas. Así, se dio cuenta de porque la mayor parte de los estudios realizados hasta la fecha son en los insectos (Symonds y Elgar, 2008).
La percepción de las feromonas en insectos por lo general ocurre por un proceso olfativo
aunque también puede ser el sistema gustativo. En cualquier caso, las moléculas
se unen a receptores específicos odoríferos que transmiten a través del sistema nervioso,
las células nerviosas. Estos, cuando se estimula, causan un impulso eléctrico que es
transmitido al cerebro, la inducción de la respuesta orgánica correspondiente. Las feromonas que son
percibidas por los receptores odorizantes del insecto son pequeñas moléculas orgánicas volátiles.
Los detectores de olor y las antenas se encuentran formados por miles de altamente inervadas estructuras (Tegoni et al., 2004). Uno de los sistemas de comunicación química más ampliamente estudiados es la detección de feromonas de mariposas. Se caracteriza por la extrema sensibilidad, selectividad y la velocidad, que se permiten los machos para detectar y seguir las feromonas de las hembras en el aire (Zubkov et al., 2005).

La mayoría de los vertebrados detecta moléculas de olor que influyen en su conducta social a través del sistema olfativo y vomeronasal (situado bilateralmente en el tabique nasal). Se sabe hoy que estos dos sistemas, aunque física y funcionalmente independiente, son capaces de detectar los mismos olores, a través de diferentes mecanismos, para proporcionar la misma información. En los mamíferos, la sustancias químicas olorosas que llegan a la cavidad nasal son detectados por receptores sensoriales situado en el epitelio olfativo en el sistema vomeronasal o ambos (Kelliher, 2007).

Aunque hay algunos estudios que sugieren que las feromonas también tienen un papel que jugar en la vida humana (y Fryhle Solomons, 2004), esto sigue siendo cuestionado por la comunidad científica, ya que estos no son detectados por el olfato.
En el humano adulto, el órgano vomeronasal, que parece ser vestigial, ya que no coincide con ninguna conexión anatómica entre este y el cerebro. Por otro lado, el controlador vomeronasal gen del receptor se ha encontrado en el gen olfativa humana (McGuigan, 2007). De hecho, algunas investigaciones genéticas mostraron posibilidad de un receptor en la nariz sensible de feromonas, después de haber verificado También ciertos genes en el genoma humano tienen secuencias similares a las de los receptores estas señales químicas en roedores (McCabe, 2000). Incluso sin ser demostrado científicamente la influencia de las feromonas en los seres humanos, muchos creen que estos son importantes en la atracción por lo tanto, sexual y se sintetizan y comercializan como componentes de los perfumes.

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